Hola, desde el otro lado del ordenador.

Mientras comienzo a escribir, sinceramente estoy con una cerveza Yakka en la mano, una cerveza lager que definen como: rubia, seca, natural y sin filtrar…igual me resuena esa definición!…jajajaja….bueno, hecha la gracia, la verdad que he comenzado a escribir porque me apetecía, pero en sí no tenía nada es especial sobre lo que comunicar, siempre hay muchos temas claro, pero hoy solo dejo que los dedos fluyan por las teclas del ordenador, sin pensar en nada en concreto, solo «fluyo»…que manida la palabra y el concepto verdad? Me tatué fluir en mi muñeca izquierda hace 12 años, cuando todavía no estaba de moda «ser wellness», «el Yoga», «ir a un coach», o «armonizarse los chakras» … jajajajaja….y nunca hubiera pensado que ese tatuaje sería el inicio de toda una vida dedicada al bienestar mental y físico.

Hoy meditaba acerca de qué no daría marcha atrás, ni para coger impulso…todo ha sido como debía ser…en otra vida, si he aprendido lo suficiente en esta, espero no tropezar con las mismas piedras, y dejar los miedos a un lado, porque aunque no lo parezca: me minan, me condicionan, y me retienen…y a veces, pienso: ¿Qué pasaría si no sintiera miedo? … pero la respuesta siempre es la misma: Que no sucederían las cosas tal cual lo hacen hoy.

Igual serían mejores o igual peores, pero serían distintas. Y digo las cosas, porque nosotros no somos «el miedo que sentimos», «las cosas que hacemos», «o las burradas que pensamos»…somos mucho más que eso…estamos a años luz de comprender quienes somos, pero tenemos una eterna vida del alma para aprenderlo.

Y es que aprender, a mis 37 años, me he dado cuenta que es lo único que realmente nos mueve en esta vida hacía el crecimiento…ser eternos aprendices, desde la humildad que tanto cuesta alimentar, pero que va saliendo a flote sola cuanto más sabes…en proporción además: «Cuanto más sabes, más humilde eres, porque más te das cuenta, de lo poco que sabes». Mira, igual este sería mi gran aprendizaje de este 2021, como decía Sócrates: «Sólo sé que no se nada». Pues eso. Na, de na, de na….y cada día, menos… y fuera de darme vértigo, me gusta, porque entender qué aprender no es un fin, si no el camino, simplemente le da sentido a todo y lo relaja.

Bueno, pues con esta reflexión me despido hasta este 2022 lleno de propósitos y objetivos que sinceramente en Febrero se me han olvidado, pero mira, que en Enero están muy arriba y los potencio como si no hubiera un mañana. Pero ahí estoy, aprendiendo a cultivar mis sombras con el mismo amor que mi luz, porque son, ambas, completamente necesarias en mi vida.

P.D.: Esta semana, esta noche, escribe 5 agradecimientos en tu vida: materiales, emocionales, espirituales…. Los que sean…ánima a otras personas a que lo hagan tb.

Y durante esta semana lleva el foco a ellas. Cultiva y nutre aquello que agradeces y métele amor, presencia y cariño. Trabájalos, lleva ahí la energía.

Suelta lo que no tienes ahora y quieres. Nos centramos al finalizar el año en idealizar objetivos próximos que acaban la mayor parte en frustración, así que: ¿qué te parece si llevamos el foco a agradecer lo que tenemos y no tenemos, en lugar de a lo que queremos?.

Sé que cuesta, y más en esta cultura del hacer, y producir, pero aquí la más yang del reino, la que piensa, crea y ejecuta, se lo aplica y sinceramente es liberador, reconfortante y altamente nutridor.

Estoy segura que en tierra fértil de amor, se cultivarán objetivos más claros, reales y definidos.

Namasté familia, Feliz Año y si te animas a hacerlo, feliz de que escribas y leerte.

Os quiero,

Gracias Siempre por estar ahí.

Un abrazo.

Ángela.

Mucho Amor.